Salida
n°4
BOSQUE
DE ZARATE
25 y 26 de febrero del 2005
Esta sería la experiencia más alocada
del grupo hasta la fecha, compitiendo contra la escalada en Jicamarca y perdidos
en Linday; el tan sonado y hasta místico Bosque de Zarate.
Todo comenzó en la puerta 2 de la
UNMSM, punto de encuentro de los decididos a pasar una temeraria aventura en el
bosque de Zarate, tras de unas 6 horas de caminata a la luz de la luna. Eran
las 4:00 pm y éramos seis los congregados: David, Frank, Yonny, Sixto, Víctor
y yo; estábamos listos pues, para emprender la primera etapa de nuestra
aventura. A las 6:00 pm habíamos llegado a Chosica y tras unos 20 minutos para
aprovisionarnos de todo lo esencial en una caminata de esta magnitud
(chocolatada, pan, frutas, etc) abordamos el transporte a San Bartolomé: pasaje
S/2,3 sin derecho a medio. ¡Que! ¡Ni hablar! A la hora de cobrar nos pusimos de
acuerdo y pagamos solo 2 soles, faltaba más si somos de Geografía; a la hora de
bajar, por supuesto, nos tildaron de borrachos (Olvide decir que un par de
amigos retraso la salida del transporte por estar comprando licor).
El primer tramo de la caminata se
caracteriza por estar rodeado de chacras, especialmente de tuna y árboles
frutales, desde el inicio el camino conserva una pendiente más o menos
pronunciada pero dada la altitud (1600 msnm) esto hace fresco el ascenso.
Tras varios descansos esporádicos,
la primera parada de rigor, fue saliendo de la zona cultivada, cerca al
campamento Chunaca (1950 msnm), donde un burro alteró los ánimos de algunos
compañeros. Lo que sigue es un camino en
desfiladero interminable y en subida que alumbrado por dos linternas y nuestra
visión nocturna evito irnos al barranco
del costado. Cuando ya no era posible hacer caminar más a la gente, descansamos en el campamento mital, no falto quien propuso acampar allí mismo; de ninguna
manera sin haber llegado al bosque fue la respuesta de la mayoría. Es así como
cargamos con las mochilas y enrumbamos con lo que faltaba de camino... que no
era poco por cierto.
Ocho, nueve, diez... Las horas
pasaban y si bien la vegetación se había hecho mucho más frondosa no había
indicios del bosque. Llegado un momento se nos presento una bifurcación de
caminos, tras un breve chequeo, se opto por el camino de la derecha (grave
error), que era angosto, serpenteante, tupido y con unos abismos que pa’ que te
cuento. Dos horas caminando y solo cuando el camino se acabo nos dimos cuenta
de que no era el correcto y era la 1:40 am; teníamos que dormir, pero el lugar
era el menos adecuado para acampar, así que comenzó el fin del proyecto...
El bosque y la zona circundante
es una zona hiperhúmeda en épocas de lluvia, el rocío de las plantas y la
humedad de los suelos lo muestran así (más aún la neblina fantasmal), aquella
noche la pasamos mojados, asustados de caer en cualquier momento al abismo
que estaba a nuestro costado, y con frío (debe manifestar que personalmente no
sentí mucho frío por tener un sleeping abrigador); nadie pudo dormir, fue una
experiencia única...
Amaneció temprano, y ya Frank
estaba despierto, así que mientras enrollaba mi sleeping, Frank se harto de
esperarnos y sin previo aviso se fue adelantando. Ah, olvide decirles que Sixto
y Yonny, regresaron de madrugada con la carpa a buscar un lugar en donde
acampar; seguro Frank pensaba encontrarlos...
Desde el lugarcillo en que
pasamos la noche, hasta la bifurcación de caminos (fue en este momento que
comprobamos que habíamos tomado el camino incorrecto) fue hora y media de
caminata; aquí desayunamos nuestras chocolatadas en tetrapak y algún
piqueo más; pero fue aquí además donde tomamos la decisión de seguir el camino
hacia el bosque con la esperanza de llegar, la cuesta era de fuerte pendiente,
pero más podían nuestros ánimos por llegar, así que con nuestras mochilas al
hombro enrunbamos paso firme hacia el bosque!.
Luego de varias paradas, en poco
más de una hora de caminata llegamos a una explanada ideal para acampar, donde
alumnos de la EAP Ing. Geográfica habían dejado algunos escritos que aludían
claramente a seguir ese camino para llegar al bosque. Esta pampita es el
campamento Cheqta (2850 msnm), al costado discurre la quebrada del mismo
nombre.
Fue en este lugar donde Charapo y
Víctor tendieron la frazada y se
acostaron para disfrutar del plácido sueño; vanos fueron mis intentos por
despertarlos, así que me decidí a llegar al bosque solo. Salí poco después de
las nueve, y tras una hora de caminata primero ascendente y luego recta y
serpenteante llegué por fin al tan aclamado bosque; la especie dominante es sin
duda un árbol de ramaje retorcido y hojas ovaladas (calatillo),
además hay otro cuyo tronco se encontraba cubierto en su totalidad por musgos (calo);
por último una es muy común una flor roja de inflorescencia más o menos
abundante por individuo. Desde aquí camine media hora más entre el bosque, el
camino tenia mucha maleza, especialmente ortiga; luego me di cuenta que si
seguía adelante el camino de regreso sería muy largo y podría ser que llegara
demasiado tarde. Así pues me despedí del bosque prometiéndole regresar algún
día, y enrumbe al retorno... A Cheqta llegué a las 11:35 am, y tras unas fotos
de rigor, apuramos el paso rumbo a San Bartolomé, donde llegamos a la 1:40 pm; no entramos al pueblo, sino que
fuimos hacia la carretera central, en Tornamesa compramos frutas de Cumbe, y
esperamos nuestro carro de regreso a Lima, allá nos esperaba el monstruo de
mil cabezas, en Grau nos despedimos hasta la próxima aventura, claro que esta
quedaría para la historia.
ACTUALIZACIÓN 2014: Estoy escaneando mis fotos de esta salida, si alguien tiene una por ahí, por favor compartir.