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Diseñado por Ricardo Suárez

23 junio 2011

Salida 40: Por el año de los bosques...

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Y sí, seguimos con los bosques cerca de Lima, esta vez regresamos por enésima vez al inigualable Bosque de Zárate. Pese a que la ruta se encuentra plenamente señalizada gracias al proyecto del Grupo de Apoyo al Bosque de Zárate, fiel a nuestro estilo elegimos un camino nuevo que resulto el sello de esta salida, la número 40 de GEOTREKK.

El relato va a cargo de Víctor Huaytalla de la base 2010.


POR EL AÑO DE LOS BOSQUES: ZONA RESERVADA BOSQUE DE ZARATE
Victor Huaytalla (EAP Geografía, Base 2010)

¡Baja en la capilla! Fue nuestro primer bullicio antes de empezar la ruta al ya conocido bosque de Zarate, esta vez conmemorando el año de los bosques (crucial fecha establecida por la ONU) Al inicio una foto grupal junto al letrero que indica el inicio del trayecto, que por cierto está bien señalizado, que colocó el Grupo de Apoyo al Bosque de Zárate conjuntamente con la comunidad local; un saludo de nuestra parte por esta iniciativa. Caminantes: imposible perderse. Pero como todo Geógrafo aventurero, decidimos no hacer la ruta habitual y es así que rompimos con los esquemas. Esta nueva ruta tenía por finalidad ascender la ladera de la margen derecha del rio seco hasta la divisoria, desde donde deberíamos descender al bosque. Esta ruta la bautizamos como la “Ruta Reneé” en honor a nuestra compañera qué nos guio. Nos desviamos de la ruta señalizada y ascendimos la ladera por más de tres horas, el camino estaba lleno de espinos, arbustos secos, cactus, agaves y sus espinas bravías, más de una se “clavó” a mi cuerpo. Vaya sorpresa la nuestra: al final de tal ladera había una nueva, descender ya no era lo recomendable así qué para adelante qué “el cielo no es muy alto”.

La vista desde esa altura es hermosa, al frente nuestro San Bartolomé con algunos mantos de neblina: la noche se acercaba y con ella el frio, un poco de abrigo y a seguir caminando. Era un poco más de las 6 de la tarde y la oscuridad nos iba cogiendo de a poco antes de encontrar un lugar para acampar, sabíamos qué intentar llegar al bosque era peligroso. Para nuestra calma encontramos una cabaña de pastores, en coro, algunos dijimos: ¡acá acampamos! Éramos siete esta vez, dos carpas a desenfundar, una para 4 personas y la otra para dos, pero también sabemos esto: donde entran 2 caben 3, por experiencia lo digo.

El frio era moderado para tal altitud, estábamos a unos 2800 msnm aproximadamente, nos dividimos en dos grupos: uno para qué preparara la cena y el otro para el armado de las carpas, esa noche nos empachamos con los panchos, las papas, queso, atún… lo qué no teníamos era agua. Ley seca por las elecciones, la cual cumplimos como buenos ciudadanos.

No había gallo qué nos despertara con su cacareo, a cambio de eso un recital de hermosas melodías de aves nos daban los buenos días. El bosque estaba cerca. A limpiar el lugar y continuar con la ruta. Salimos temprano sin tomar desayuno, el objetivo era llegar a la cabaña “La Tormenta”(1), buscar agua y preparar el desayuno. Ya en la tormenta degustamos de un rico mate de Muña y un arroz con atún. Ahora si listos recargados de energías y continuar hacia el bosque.

Este tipo de boques es conocido como bosques montanos o bosques de ladera que son similares a los bosques del norte del país. A partir de la tormenta se presenta el bosque más denso, el tipo de árboles predominantes son el Calo (oreopanax oroyanus), calatillo (myrcianthes quinqueloba) y duraznillo (prunas rigida) y vegetación compuesta por herbáceas en su mayoría.


Nuestro objetivo primordial era llegar a Gigantón y llegar hasta Carnacha, lugar donde se encuentra una pequeña cascada qué abastece de agua a rio seco. El curso de agua se infiltra en un pequeño tramo del camino y luego vuelve a emerger y tomar su curso normal. Debido a la premura del tiempo y porque la ocasión merecía celebrarse, y aunque fuera junio y no febrero, tal lugar se convirtió en una fiesta de carnavales. Nuestro compañero José Luis fue el que corrió con peor suerte, quedo empapado. Algunos -en ese momento- quedamos con un poco de agua en nuestra ropa por tal hecho. Pero la celebración no quedaba allí. Cinco fuimos los mojados, nuestros invitados: John y María se salvaron, ya habrá otra oportunidad.

Desenfundábamos nuestra cámara a cada rato pues teníamos qué llevarnos una buena toma del bosque, la combinación de todos los elementos bien puestos en el paisaje lo permitía.

Momento de despedirnos del bosque, a regresar al inicio de todo para luego almorzar en Chosica. Nuestro retorno fue por la ruta normal, la qué está señalizada, así nos dimos cuenta de lo bien que está, recuerdo qué en el julio del 2010 cuando fui con unos compañeros y un profesor hubieron dos quebradas por la cual no podíamos pasar fácilmente, está vez estaban reparadas bien por ello. Pasamos por Gatero, lugar donde existen restos arqueológicos. Explorando un poco ese punto nos toparnos con una pequeña cueva donde hay restos de cráneos. Importante recalcar que es la zona más densa del bosque. Mientras más avanzábamos a nuestro retorno, el bosque iba quedando tras nosotros y adelante frente a nuestros ojos nuevamente San Bartolomé mientras a nuestra izquierda las montañas iban ocultando a Chaute y Lucumani, dos centros poblados qué desde lejos se puede ver qué están conectados por medio de una carretera de trocha. En el trayecto descansamos en una pequeña pampa llamada Cheqta, debido a la bajada los dedos nos dolían y a otros las rodillas. Allí compartimos lo último que quedaba de las provisiones, unas frutas, dulces, un poco de agua y a continuar la ruta de retorno, pues nos faltaba un 70% de la ruta según lo qué indicaba el letrero colocado allí. Pampa Zarate, Cheqta, Molle, Mital, Campo 2, Chunaca y Cruz: Son los puntos señalizados en toda la ruta, habremos demorado un poco más de tres horas en bajar, corriendo, a paso lento, a paso rápido, descansando, fotografiando, grabando videos… en fin, eran más de las 3:00 pm y teníamos qué tomar la combi de regreso… conversando, bromeando en el carro, poniéndole una sonrisa al cansancio, solo puedo decir: “Caminante no hay camino se hace camino al andar” (Grande Machado).


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