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Diseñado por Ricardo Suárez

02 marzo 2014

First time en el bosque de Zárate (febrero 2005)



Salida n°4 
BOSQUE DE ZARATE
25 y 26 de febrero del 2005

Esta sería la experiencia más alocada del grupo hasta la fecha, compitiendo contra la escalada en Jicamarca y perdidos en Linday; el tan sonado y hasta místico Bosque de Zarate.
 Todo comenzó en la puerta 2 de la UNMSM, punto de encuentro de los decididos a pasar una temeraria aventura en el bosque de Zarate, tras de unas 6 horas de caminata a la luz de la luna. Eran las 4:00 pm y  éramos seis los congregados: David, Frank, Yonny, Sixto, Víctor y yo; estábamos listos pues, para emprender la primera etapa de nuestra aventura. A las 6:00 pm habíamos llegado a Chosica y tras unos 20 minutos para aprovisionarnos de todo lo esencial en una caminata de esta magnitud (chocolatada, pan, frutas, etc) abordamos el transporte a San Bartolomé: pasaje S/2,3 sin derecho a medio. ¡Que! ¡Ni hablar! A la hora de cobrar nos pusimos de acuerdo y pagamos solo 2 soles, faltaba más si somos de Geografía; a la hora de bajar, por supuesto, nos tildaron de borrachos (Olvide decir que un par de amigos retraso la salida del transporte por estar comprando licor).
 El primer tramo de la caminata se caracteriza por estar rodeado de chacras, especialmente de tuna y árboles frutales, desde el inicio el camino conserva una pendiente más o menos pronunciada pero dada la altitud (1600 msnm) esto hace fresco el ascenso.
             Tras varios descansos esporádicos, la primera parada de rigor, fue saliendo de la zona cultivada, cerca al campamento Chunaca (1950 msnm), donde un burro alteró los ánimos de algunos compañeros. Lo que sigue es un camino en desfiladero interminable y en subida que alumbrado por dos linternas y nuestra visión nocturna  evito irnos al barranco del costado. Cuando ya no era posible hacer caminar más a la gente, descansamos  en el campamento mital, no falto quien propuso acampar allí mismo; de ninguna manera sin haber llegado al bosque fue la respuesta de la mayoría. Es así como cargamos con las mochilas y enrumbamos con lo que faltaba de camino... que no era poco por cierto.
                Ocho, nueve, diez... Las horas pasaban y si bien la vegetación se había hecho mucho más frondosa no había indicios del bosque. Llegado un momento se nos presento una bifurcación de caminos, tras un breve chequeo, se opto por el camino de la derecha (grave error), que era angosto, serpenteante, tupido y con unos abismos que pa’ que te cuento. Dos horas caminando y solo cuando el camino se acabo nos dimos cuenta de que no era el correcto y era la 1:40 am; teníamos que dormir, pero el lugar era el menos adecuado para acampar, así que comenzó el fin del proyecto...
                El bosque y la zona circundante es una zona hiperhúmeda en épocas de lluvia, el rocío de las plantas y la humedad de los suelos lo muestran así (más aún la neblina fantasmal), aquella noche la pasamos mojados, asustados de caer en cualquier momento al abismo que estaba a nuestro costado, y con frío (debe manifestar que personalmente no sentí mucho frío por tener un sleeping abrigador); nadie pudo dormir, fue una experiencia única...
                 Amaneció temprano, y ya Frank estaba despierto, así que mientras enrollaba mi sleeping, Frank se harto de esperarnos y sin previo aviso se fue adelantando. Ah, olvide decirles que Sixto y Yonny, regresaron de madrugada con la carpa a buscar un lugar en donde acampar; seguro Frank pensaba encontrarlos...
                Desde el lugarcillo en que pasamos la noche, hasta la bifurcación de caminos (fue en este momento que comprobamos que habíamos tomado el camino incorrecto) fue hora y media de caminata; aquí desayunamos nuestras chocolatadas en tetrapak y algún piqueo más; pero fue aquí además donde tomamos la decisión de seguir el camino hacia el bosque con la esperanza de llegar, la cuesta era de fuerte pendiente, pero más podían nuestros ánimos por llegar, así que con nuestras mochilas al hombro enrunbamos paso firme hacia el bosque!.
                Luego de varias paradas, en poco más de una hora de caminata llegamos a una explanada ideal para acampar, donde alumnos de la EAP Ing. Geográfica habían dejado algunos escritos que aludían claramente a seguir ese camino para llegar al bosque. Esta pampita es el campamento Cheqta (2850 msnm), al costado discurre la quebrada del mismo nombre.      
                Fue en este lugar donde Charapo y Víctor  tendieron la frazada y se acostaron para disfrutar del plácido sueño; vanos fueron mis intentos por despertarlos, así que me decidí a llegar al bosque solo. Salí poco después de las nueve, y tras una hora de caminata primero ascendente y luego recta y serpenteante llegué por fin al tan aclamado bosque; la especie dominante es sin duda un árbol de ramaje retorcido y hojas ovaladas (calatillo), además hay otro cuyo tronco se encontraba cubierto en su totalidad por musgos (calo); por último una es muy común una flor roja de inflorescencia más o menos abundante por individuo. Desde aquí camine media hora más entre el bosque, el camino tenia mucha maleza, especialmente ortiga; luego me di cuenta que si seguía adelante el camino de regreso sería muy largo y podría ser que llegara demasiado tarde. Así pues me despedí del bosque prometiéndole regresar algún día, y enrumbe al retorno... A Cheqta llegué a las 11:35 am, y tras unas fotos de rigor, apuramos el paso rumbo a San Bartolomé, donde llegamos  a la 1:40 pm; no entramos al pueblo, sino que fuimos hacia la carretera central, en Tornamesa compramos frutas de Cumbe, y esperamos nuestro carro de regreso a Lima, allá nos esperaba el monstruo de mil cabezas, en Grau nos despedimos hasta la próxima aventura, claro que esta quedaría para la historia. 

ACTUALIZACIÓN 2014: Estoy escaneando mis fotos de esta salida, si alguien tiene una por ahí, por favor compartir.