Laguna Campacure en la cabecera de la quebrada Condorsune, sobre los 4750 msnm.
El interés de visitar las lagunas en las alturas de Collana surgió a partir de una primera visita hecha a la laguna de Ucte en agosto del 2008 (1). Posteriormente compartí con otros montañistas el interés por explorar estas lagunas (En Canchacaya con Ricardo Rivadeneyra nos hablaron de dos lagunas en las alturas, partiendo de Quinches por la ruta hacia la mina), estas lagunas captaron poco interés quizá por estar en el “extremo del mapa”. En realidad este pedazo de cordillera en la que se encuentran estas lagunas, es una suerte de Ticlio chiquito, quizá el más cercano a Lima en distancia, pero difícil en acceso por los desniveles que se debe superar para llegar.
Cordilleras sobre los 4800 msnm, vista de las lagunas Iscaicocha, las quebradas al frente discurren hacia las tierras de San Juan de Iris.
Aún así, luego de haber ido en dos ocasiones a la laguna de Ucte el 2008 y el 2009, era fijo intentar llegar a las otras lagunas este año. Así, proveyéndonos de todas las precauciones para evitar sucesos adversos (como lo ocurrido en el primer intento a laguna Huasca), y pese a que el repunte (2) ya se está haciendo sentir en la sierra de Lima, alistamos las mochilas y ya estábamos rumbo a las lagunas.
Campiña agrícola cerca de Collana, nótese las terrazas que aún siguen siendo sembradas.
La subida desde la carretera central a la altura del puente Collana (2200 msnm) hasta el mismo pueblo de Collana (2500 msnm) y luego hasta Antapirca (3300 msnm), es bastante tranquila y agradable, pues se transita por campiñas con algunas terrazas bien conservadas en lo que es un paisaje de campiña propio de la quechua, similar al de Quebrada Pancha (Collata, Massak) o en los anexos de Matucana (Soca, Huillaque). En Antapirca se encuentra dos viviendas, las últimos del camino rumbo a las lagunas, en una de ellas podemos encontrar a Felix Bolimbo, un amable ganadero que conoce muy bien la zona y además brinda un trato muy agradable a los visitantes. Nosotros decidimos pernoctar aquí, dispuesto a salir bien temprano al día siguiente para visitar las lagunas en cuestión.
Ascenso hacia Antapirca (3300 msnm), en la vista el pueblo de Collana, y más abajo la carretera central.
Saliendo a las 5:30 am de Antapirca llegamos al paso (4000 msnm) a las 7:10 am, lugar desde donde se entra a la quebrada Potaca, internándonos en las montañas; desde aquí la caminata se hace un poco más lenta poco a poco debido a los efectos de la altura. Así llegué a la laguna de Ucte (4650 msnm) a las 9:40 am, descansando poco e intentando ir a paso parejo, sabía que en lo que me esperaba, Ucte era apenas el inicio de la jornada.
Dejando la laguna Ucte (4650 msnm) rumbo al Abra Tres Cruces.
Saliendo de la laguna en dirección nor-oeste se avista un abra que cruza a la cuenca vecina, cabecera de la quebrada Collana en el sector denominado Yanacienegro dominado por bofedales y cerros pelados sobre los 4800 msnm. Desde esta abra, denominada Abra Tres Cruces (4870 msnm) se sigue bordeando los cerros hasta llegar junto al cerro Condorsune (4900 probablemente) a cuya derecha se encuentra un pequeño paso desde el cual ya se puede ver la segunda laguna: la laguna Campacure.
Abra Tres Cruces (4780 msnm) con vista al sector Yanacienegro. Nótese que el paisaje dominante está exento de vegetación debido al frío extremo.
En Collana un niño en una bodega donde compramos algunas cosas, nos había comentado cierta leyenda sobre esta laguna que contaba que el espíritu de un joven que tuvo la desdicha de caer a sus aguas, deambula por la zona. Adicionalmente el Sr. Felix nos previno de “no molestar” a la laguna puesto que esta es considerada una laguna mala, que no acepta visitas y puede perturbar el estado del tiempo jugándonos una mala pasada (3).
Laguna Campacure (4770 msnm)
Seguí rápidamente hasta el abra más importante, que es la que separa la quebrada Collana de la quebrada que baja hacia San Juan de Iris. Al pasar esta abra, al no consultar bien el mapa, me desoriente brevemente, felizmente chequeando el GPS pude constatar que me había ido muy al este, y estaba no muy lejos de la laguna Curicocha (otra laguna considerada mala, y al parecer la más grande de la ruta), temeroso de los efectos nocivos del soroche, decidí no bajar a esta laguna y en su lugar me encaminé hacia las lagunas de Iscaicocha, probablemente las más agradables de la ruta, estar sentado junto a ellas fue muy agradable y relajante.
Lagunas de Iscaicocha (Ishcay en quechua significa dos), una pequeña y otra grande.
En vista que aún tenía algo tiempo, decidí avistar la laguna de Cuellar, que junto a Campacure pueden considerarse las nacientes del río Canchacaya; para lo cual debía subir unos 150 m hasta cierto paso desde donde ya la podría ver. Lo hice rápidamente y pude apreciar la cuarta laguna del trayecto, la más pequeña de todas además.
Laguna de Cuellar vista desde lo alto.
Tras las fotos respectivas emprendí camino de retorno, no sin antes merendar algo, el desgaste físico a estas alturas (sobre los 4800 msnm) es asombroso, tuve mucha más hambre de la que pensé tendría.
De regreso el tiempo comenzó a ponerse un poco malo (amenazaba un mal temporal) cuando llegué al abra Tres Cruces desde donde ya pude apreciar Ucte nuevamente, me esperaba un descenso de 2600 m, lo que probablemente sea el mayor descenso que he hecho en un día. Por fortuna, hice todo el trayecto tranquilo hasta Antapirca donde me uní a mi compañero que me esperaba y tras una charla amena con la familia Bolimbo, emprendimos el descenso y retorno a Lima.
En Antapirca un tenua arco iris nos dió la despedida de regreso a Lima.
No es recomendable hacer esta ruta en verano puesto que los temporales pueden ser realmente malos y es fácil desorientarse. Esperaremos al 2011 para repetir esta ruta y visitar las lagunas faltantes, siempre respetando las tradiciones de las gentes y a la tierra que nos recibe y nos permite ver sus encantos y descifrar algunos de sus misterios.
Desde aquí aprovecho para agradecer a toda la familia Bolimbo, El señor Felix y la señora Nancy, sus hijos, excelentes corredores de caballo y conocedores de todas estas tierras.
Algunas reflexiones
Estas tierras de cordillera no se encuentran libres del impacto del hombre, que en este caso se deja ver en la cantidad de ganado vacuno que circunda por la zona, podríamos hablar de un paisaje de montaña ligado a la ganadería de vacunos, donde los bofedales más que ecosistemas “naturales” son zonas de bebederos de ganado. Urge ordenar la ganadería en estos territorios, lo que debe hacerse desde la óptica de comprender el sistema productivo de la ganadería vacuna en estas tierras. Anteriormente se cuenta que habitaban muchas vicuñas por la zona, de hecho existen vestigios prehispánicos de trampas que se usaban para cazarlas, quizá esta podría ser una alternativa ligada al turismo para potenciar estos territorios. Otro asunto es la falta de cobertura arbórea total, quebrada Potaca tiene condiciones muy buenas para albergar un bosque de polilepys, quizá una campaña piloto de reforestación podría permitir experimentar, ya que de ser exitosa el paisaje se valorizaría mucho más.
Notas:
(1) El interés por la laguna de Ucte respondió en realidad a una inquietud compartida por mucha gente, ya que en muchos relatos se mencionaba de su existencia, pero no se podía encontrar mayores referencias de la ruta, fotos o mapas; eso motivo visitarla.
(2) Es así como los pobladores denominan a las primeras lluvias de verano, que aparecen desde octubre.
(3) Fue curioso que al avistar por vez primera la laguna, una fuerte ráfaga de viento cruzo el abra, es un hecho que los vientos convergen en las abras, sin embargo uno no puede dejar de pensar en lo que le contaron. Las leyendas de las lagunas se encuentran compiladas por la profesora del colegio de Collana, esperamos tener acceso a ellas en una próxima ocasión.
Mapa
Para terminar los dejamos con un mapa de elabotado en base a la información de GPS. El tramo Collana - Ucte lo levantamos el 2008 junto a David Ortiz y Héctor; el tramo ahora leventado de las lagunas es gracias al apoyo de Ricardo Rivadeneyra, quien me prestó su GPS. Tener en cuenta que el mapa es referencial y no debe ser usado para publicaciones. Para mayores detalles pueden contactar con GEOTREKK PERÚ: geotrekk.peru@gmail.com.
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Pueblo de Callahuanca visto camino a Tierra Blanca, el ascenso de este primer tramo fue la parte más dura de la jornada.
Atardecer desde la estancia ganadera Chaurralla en el primer día.
El grupo de 15 que decidimos llegar sí o sí a Marcahuasi en un descanso en Otao antes de partir hacia Chauca
Chicos de la base 2008, la segunda generación GEOTREKK junto a John James Beraún, geógrafo quien nos acompaño en esta jornada y con quien estamos muy agradecidos. El lugar es el pueblo de Chauca.
Vista de la meseta de Marcahuasi desde el pueblo de Chauca en el amanecer del tercer día.
Nuestro fiel acompañante en casi toda la ruta, contemplando a los rezagados desde la meseta de Marcahuasi.
El grupo visitando la meseta de Marcahuasi.
La niebla va cubriendo la meseta y nos juega nuevamente una mala pasada, haciéndonos perder varias horas mientras nos orientamos para bajar a Casta.
